Para empezar voy a hacer al revés, te voy a contar el final:
estoy a favor del Plan de negocios y a favor del Lean startup, no considero que
sea una cosa u otra. Esto de armar una guerra entre ambas metodologías implica
seguir con la idiosincrasia del librito de recetas bajo el brazo… Cada uno
utiliza lo que considera más conveniente. En mi caso, voy variando la metodología,
combinando, creando, según con quién trabajo, lo que convenimos ambas partes
que es más adecuado, el objetivo, etc.
Plan de negocios: es un documento en el que se vuelca todo
lo relevante a un negocio que estará por desarrollarse. El Plan de negocios
requiere realizar un análisis exhaustivo de cada elemento que lo conforma: Idea
de negocio, Producto/Servicio, Plan de producción y/o procesos, Plan de
marketing, Plan económico-financiero, Estrategia global de negocio, Equipo de
trabajo (empleados, asesores, alianzas, socios), Estructura jurídica e
impositiva (básicamente); y, en base a ello definir el Modelo de negocios y el
Plan de implementación. La parte fundamental del Plan de negocios es la
Investigación de mercado: rubro, clientes, competencia, proveedores y otros
actores.
La gran desventaja de este trabajo (porque es un trabajo
armar el Plan de negocios y un esfuerzo que pocos están dispuestos a realizar)
es que lleva mucho tiempo. Se trabaja sobre algo que todavía no se sabe si va a
funcionar y genera aún más incertidumbre. Muchas veces se tarda varios meses en
armar el plan y se pierde la oportunidad. La clave es la investigación de mercado
que muy pocos hacen adecuadamente.
Lean Startup: es una metodología desarrollada por Eric Ries
(libro: La metodología Lean Startup) que se basa en el método científico: “Empieza
con una hipótesis que hace predicciones sobre lo que supuestamente pasa.
Entonces prueba empíricamente estas predicciones”. La propuesta es salir
rápidamente a testear el mercado, a probar en la práctica si la idea funciona,
si será bien aceptada o no, y establecer qué es lo que hay que corregir. Al
mercado se sale con un PMV (Producto Mínimo Viable) es decir, con una especie
de prototipo. Sirve para testear, recopilar datos, medir y Pivotar (otro
concepto, que es dar un “giro de tuerca” si la cosa no va bien) o perseverar. El
resultado es que en lugar de buscar información y basarte en esa información,
estás probando directamente.
¿La metodología Lean Startup funciona con todos los
proyectos? En mi opinión sí, siempre y cuando no se confunda el testeo con el
emprendimiento en sí y dejar el análisis allí. Ries dice claramente que una vez que la prueba dice que funciona lo más conveniente es armar un Plan de negocios, porque ya se cuenta con información real
más que con predicciones.
Considero que ambas metodologías son complementarias. El
tema es que cómo salir a testear, con qué PMV. Es importante analizar cada caso
y establecer qué es más conveniente. Eso sí el esfuerzo y el trabajo no se pueden
eludir. Parece que el Lean Startup llegó para facilitar las cosas, dejando como
conclusión que evaluar todo lo que pide el Plan de negocios no tiene sentido. No
es así, el testeo es importante tanto como planificar y pensar estratégicamente
los pasos a seguir para implementar un negocio próspero.