El 90% de las empresas argentinas son Pymes. Estas unidades productivas que sustentan una parte importantísima de las economía de nuestro país, que proveen de insumos a grandes corporaciones multinacionales, que exportan y que producen la mayor parte de los bienes y servicios que consumimos, enfrentan continuos desafíos para sobrevivir y para crecer.
En un mundo globalizado, en un mercado hiper competitivo y frente a coyunturas económicas particulares, estas empresas tienen que desarrollar una capacidad de adaptación mayor a las de las corporaciones. Ya no alcanza con incorporar tecnología para sostener ventajas competitivas. Cada día se hace más necesaria una gestión de excelencia y un buen gerenciamiento de activos y pasivos.
Por eso, la profesionalización de la Pyme es clave. Para adaptarse y crecer, estas empresas necesitan invertir en tecnologías blandas como las mejoras administrativas y la reorganización de procesos. Pero para estas pequeñas organizaciones el cambio interno es un obstáculo importante que muchas veces no saben cómo superar.
Si estás al frente de una Pyme, vivirás en carne propia todas estas situaciones. Por eso hoy queremos dedicarnos a compartirte algunas claves efectivas para llevar adelante un proceso de profesionalización exitosa.
Aspectos Fundamentales de la Profesionalización Pyme.
Si bien profesionalizar una Pyme es un proceso muy complejo que presenta particularidades en cada organización y que no puede resolverse con recetas generales, hoy intentaremos puntear los aspectos clave a tener en cuenta para un cambio exitoso.
1. La Importancia Del Apoyo Del Profesional Externo.
Llevar adelante un proceso de profesionalización puede ser realmente muy complicado para una Pequeña y Mediana Empresa. No porque no tengan la capacidad para llevarlo adelante, sino porque las formas de hacer están muy arraigadas y modificarlas implica transformar la cultura organizacional.
Cambiar una cultura cuando se es parte de la misma es prácticamente imposible. Más aún cuándo los mandos superiores que deberían liderar la transición están abrumados por múltiples responsabilidades, tareas y problemas a resolver.
Es por eso que la ayuda de un profesional externo es tan importante en estos casos. Permite, por un lado, tomar distancia para analizar la organización objetivamente, detectando aquello que necesita mejorar su desempeño. Por otro, ayuda a generar planes de acción y a brindar un seguimiento por fuera de los involucrados, acompañando y promoviendo el proceso de cambio en los diversos sectores.
2. Los Procesos Son La Base.
Una de las características esenciales de la cultura organizacional de una Pyme es que el conocimiento no pertenece a la empresa, sino unas pocas personas que la lideran. Los desafíos actuales requieren productos y servicios eficientes. Estos solo podrán generarse a través de procesos eficientes. Por eso, estos procesos deben ser la base de la sustentabilidad de cualquier organización.
Es esencial transferir los modos de hacer a la empresa. Tienen que dejar de estar atados a unos pocos líderes. Institucionalizar los procesos significa poder entenderlos, hacerlos más eficientes y formalizarlos. Esto permitirá obtener varios beneficios:
- Alcanzar los resultados con eficiencia.
- Garantizar que los productos y servicios siempre seguirán los mismo parámetros de producción.
- Independizar el conocimiento de las personas.
- Implementar normas de calidad.
- Estimar insumos y recursos necesarios.
- Realizar un uso más rentable del tiempo, evitando tener que resolver siempre los mismos problemas.
- Conocer de antemano las eventualidades posibles para evitarlas o saber como solucionarlas.
El análisis, diseño y formalización de procesos es un gran paso hacia la profesionalización. Permite transferir los conocimientos a la empresa y mejorar los estándares de calidad y eficiencia. Genera espacio para gestionar la organización de forma innovadora y creativa, abandonando la cultura Pyme tan arraigada de estar “apagando incendios” en forma continua.
3. Desarrollar El Factor Humano.
La profesionalización de la empresa dependerá, por sobre todas las cosas, de las personas. Y no solo durante el proceso de transición, sino siempre. Llevar el conocimiento a la organización implica, hacerlo disponible a todos los miembros. La definición de puestos, los organigramas, la estructura de remuneraciones y la determinación de tareas serán esenciales. Formalizar todas estas cuestiones permitirá que cada puesto tenga definidas metas y responsabilidades y que entienda su importancia en la estructura así como las interconexiones necesarias para que los procesos se realicen eficientemente.
Esto también requerirá capacitaciones e incluso reorganización de roles. También puede hacer necesaria la contratación de nuevo personal, sobre todo de profesionales especialistas en diversas áreas.
La cultura corporativa debe dirigirse hacia el desarrollo y bienestar del factor humano ya que éste será la base para la innovación, la creatividad y el crecimiento.
4. Asegurar Los Recursos Necesarios Para Las Buenas Prácticas.
Contar con los profesionales y el personal adecuado con conocimientos y con motivación para el cambio no es suficiente. Será necesario realizar un plan operativo y financiero que permita poner a disposición del equipo de trabajo todos los medios necesarios para alcanzar las mejores prácticas del sector y para llevar adelante los procesos reformulados sin inconvenientes.
5. Fortalecer La Comunicación Interna Y Externa.
Los públicos de la empresa tanto internos (personal) como externos (proveedores, asesores y asociados) deben estar involucrados en el proceso. Deben convertirse en embajadores del cambio. Para eso será necesaria una estrategia de comunicación interna y externa que apunte a informar, a involucrar y a motivar a la gente para acompañar este proceso de profesionalización.
También será importante involucrar a los clientes, lanzando una campaña comunicacional de la mano de profesionales del marketing y la comunicación, en la cual se les informe el proceso en el que la empresa se está sumergiendo y todos los beneficios que generará a nivel calidad, cumplimiento, eficiencia e innovación. Se los deberá hacer partícipes e ir informándoles los logros alcanzados a lo largo del período de cambio. Este paso será especialmente importante en negocios B2B.
6. Conducir El Cambio Con El Ejemplo.
La Dirección y los mandos superiores y medios deben ser los principales abanderados de la profesionalización. Deben liderar, motivar, acompañar y dar seguimiento a cada parte del proceso y a cada persona involucrada. Las estrategias de comunicación internas y externas serán aliadas fundamentales en este camino.
Pero también será importante conducir con el ejemplo. Tener presencia, trabajar a la par, compartir el esfuerzo, acompañar durante los inconvenientes y festejar juntos cada logro. Al fin y al cabo la profesionalización empieza por la cúspide de la pirámide. La posición que tomen los líderes durante este proceso será clave en el éxito del mismo y en la construcción de la nueva cultura corporativa.
Conclusiones.
Profesionalizar una Pyme no es tarea sencilla. Implica inversión, tiempo, apertura al cambio, aprendizaje, altibajos y mucho, mucho trabajo. Pero también implica eficiencia, mejora continua y mayor productividad. Implica además equipos de trabajo más motivados y más unidos. Mejores resultados y mejor adaptación a los desafíos actuales.
Encarar esta tarea, ya no es simplemente una elección o una exigencia del crecimiento. Es un requisito esencial para seguir siendo competitivos y sobrevivir con éxito en un mundo y un entorno cada vez más competitivo y exigente.
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